"Magea es ejemplo de emprendimiento innovador en el medio rural"

Magea Escuela Activa es una escuela para niños de 3 a 12 años ubicada en Castrillo de Val, un pueblo burgalés no muy alejado de la ciudad.

Nació en 2014, de la mano de un grupo de familias burgalesas que querían un tipo de educación para sus hijos distinta al de los colegios tradicionales. De la fórmula de la asociación pasaron a cooperativa de usuarios. Inicialmente, la gestionaron con Arantxa Arroyo y las hermanas Ibone y Lorena Valerdi trabajando en la escuela como profesoras. Fue a partir de 2018 cuando estas tres profesionales de la educación se hicieron cargo del centro y lo gestionaron como una cooperativa de trabajadoras. En la actualidad, la cooperativa cuenta con una socia más, Sofía Esteban.

Cuando el equipo tomó las riendas, sacó a la luz nuevas líneas de negocio. Por un lado, extraescolares y campamentos para niños y por otro, formación tanto para docentes de distintos centros que quieren dar un giro a la forma tradicional de enseñar como a padres interesados en implicarse en el aprendizaje de sus hijos a través de un método alejado del convencional.

Arantxa es codirectora de Magea y participó el 14 de julio en el Foro Emprendimiento con Talento Emprendimiento Sostenible en el Ámbito Rural sobre Iniciativas empresariales VS despoblación.

 

Arantxa, ¿por qué Castrillo del Val y no un entorno urbano?

Por varios motivos. El primero por el espacio, porque los requerimientos legales en cuanto a metros y espacios que pide la administración para poner en marcha un colegio los podíamos cumplir aquí fácilmente.

El segundo, porque buscábamos la agrupación multinivel en el aula. Normalmente los colegios rurales tienden a agrupar a los niños de diferentes edades en una misma clase porque no hay suficientes para llenar un aula con alumnos de una misma edad. En nuestro caso, esta agrupación es intencionada, ya que es la mejor manera de cumplir uno de nuestros principios que es el respeto por el ritmo de aprendizaje y la educación individualizada. Y la administración solo permite esa organización en el medio rural.

Otro de nuestros principios es el contacto con la naturaleza, posible totalmente en Castrillo del Va, donde podemos hacer actividades que serían difíciles en el entorno urbano.

¿Qué ha supuesto para Castrillo del Val la puesta en marcha de Magea?

No solo para Castrillo del Val. También para los pueblos de alrededor ha supuesto dar a conocer la zona, traer beneficios económicos y también servir de reclamo para familias que querían dejar la ciudad y trasladarse el medio rural, por un lado, pero también para aquellas que van buscando un proyecto educativo innovador y lo han encontrado en Magea.

Cuando hacemos formaciones, propiciamos movimiento en los alojamientos, bares y restaurantes de la zona.

Y no hay que olvidar que los proyectos empresariales como el nuestro también favorecen que sus trabajadores se establezcan en el pueblo o en los alrededores.

¿Por qué no hay más iniciativas como la vuestra?

En el entorno rural, los proyectos más innovadores no suelen tenerlo fácil. Aun así, tengo que decir que, aunque hay que trabajar duro, no es imposible poner en marcha una escuela como la nuestra, cuyo modelo es totalmente replicable.

Las administraciones públicas suelen ofrecer ayuda en cuanto a subvenciones y espacios públicos.

Además, en este medio se tejen redes y lazos entre colectivos y proyectos de los que surgen iniciativas y colaboraciones muy bonitas. Los grupos de acción local de la Diputación de Burgos también son de gran ayuda para los emprendedores y las pymes rurales.

¿Qué quiero decir con esto? Pues que en el ámbito rural hay muchas oportunidades y facilidades. Claro que también hay trabas y a veces los trámites burocráticos son una locura, pero nosotras somos el claro ejemplo de que se puede emprender en el medio rural y además hacerlo con un proyecto innovador.