¿Somos innovadores?

Todos podemos decir que somos innovadores, pero no todos podemos probarlo. Para decir que se es algo, ese algo deberá ser un concepto claro y conciso. Y la innovación admite muchos matices.

Innovar es -como definición general- hacer cosas de forma diferente. En materia empresarial se acostumbra a hablar de I+D+i -investigación, desarrollo e innovación- y se suele tener una ligera idea de la diferencia entre cada uno de los conceptos, aunque separar claramente y poner límites entre ellos es harto difícil.

La cuestión es cuando el ser innovador determina que podamos optar a una ayuda, a una financiación o a un concurso público, o simplemente que queramos acreditar con argumentos sólidos y objetivos nuestra innovación.

El Ministerio de Economía y Competitividad, sacó hacer unos años (2015) un sello de “Pyme Innovadora” para reconocer como tal a las empresas que cumplieran unos requisitos y con ello reconocer de una forma objetiva la innovación en las empresas. Ello otorga a las merecedoras de dicho sello además del reconocimiento tácito de ello, una serie de estímulos que las empresas que no lo tienen los pierden. Entre éstos  se encuentra el poder compatibilizar los incentivos fiscales a la I+D+i con las bonificaciones fiscales por disponer de personal investigador, ambos conceptos interesantes e importantes, y cuanto mayor es el esfuerzo y los medios puestos en juego, más interesa utilizar.

En la encuesta que realiza periódicamente la fundación COTEC junto a Sigmados a la población, ¿qué opina de la innovación?, en el 2018 el 80,1% de los encuestados la consideran positiva; en el 2017 este porcentaje era del 89,6%, es decir a menos personas les resulta positiva. A raíz de esta información, cabe preguntarse, ¿qué idea se tiene cuando te preguntan qué piensas de la innovación? , ¿en qué podemos pensar?. Creo que la opinión que se tiene de la innovación es la misma que de la terna I+D+i, y hay que dejar muy claro que los conceptos que encierran son muy diferentes en muchos contextos, pero eso si, tienen  un elemento común: la incertidumbre.

Ese nivel de incertidumbre es el que los diferencia. El indicador más utilizado para definir éste es el TRL (Technology Readiness Level), que va desde el nivel inferior, TRL1, el nivel más bajo de madurez tecnológica que se aplica a la investigación básica y la publicación de artículos científicos, al TRL9, en el que nos encontramos con productos que se lanzan al mercado y es aceptado por un grupo de clientes. Cabe resaltar aquí, que si no existe un mínimo de aceptación, no existe innovación, propiamente dicho.

Y es que en función de nuestro nivel TRL podremos solicitar unas ayudas o no, podemos conseguir beneficios fiscales o no, y de poder ser éstos podrían ser del 12% o del 45%. Esto entre las consideraciones más objetivas y directas que nos podemos encontrar.

En cuanto a la innovación, si solo nos preocupa la comunicación como elemento de diferenciación o reforzamiento y reconocimiento de nuestros esfuerzos de mejora, que somos innovadores, no necesitaremos demostrarlo, sólo convencer a nuestros clientes de que somos su solución, la única o la mejor.

En otros contextos donde no cuenta solo lo que se dice sino que hay que demostrarlo, o contamos con argumentos sólidos, como contar con un certificado oficial como el de “Sello Pyme Innovadora”, o contamos con una “Certificación de actividades de I+D e innovación tecnológica” debidamente acreditada, como el IVACE, o contamos con un certificado auditado por un auditor externo, debidamente acreditado que demuestre que en uno o dos años anteriores al menos hemos dedicado un 10% o un 15% de nuestros gastos a temas de I+D+i.  

Como estos temas no son muy conocidos y no son obvios, desde los CEEIs se realizan jornadas divulgativas e informativas para ponerlo al alcance de los Pymes, y desde esta tribuna emplazamos a quien tenga interés en conocer el tema con mayor detalle, que se ponga en contacto con nosotros.

La innovación, y la innovación abierta es un reflejo de ello, es una cosa de todos y nos afecta o nos puede afectar a todos, de uno u otro modo.