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Aprender de los errores

Publicado por soliveres
viernes, 01 de agosto de 2014 a las 10:23

"Una lechera llevaba en la cabeza un cubo de leche recién ordeñada y caminaba hacia su casa soñando despierta. "Como esta leche es muy buena", se decía, "dará mucha nata. Batiré muy bien la nata hasta que se convierta en una mantequilla blanca y sabrosa, que me pagarán muy bien en el mercado. Con el dinero, me compraré un canasto de huevos y, en cuatro días, tendré la granja llena de pollitos, que se pasarán el verano piando en el corral. Cuando empiecen a crecer, los venderé a buen precio, y con el dinero que saque me compraré un vestido nuevo de color verde, con tiras bordadas y un gran lazo en la cintura. Cuando lo vean, todas las chicas del pueblo se morirán de envidia. Me lo pondré el día de la fiesta mayor, y seguro que el hijo del molinero querrá bailar conmigo al verme tan guapa. Pero no voy a decirle que sí de buenas a primeras. Esperaré a que me lo pida varias veces y, al principio, le diré que no con la cabeza. Eso es, le diré que no: "¡así!”

La lechera comenzó a menear la cabeza para decir que no, y entonces el cubo de leche cayó al suelo, y la tierra se tiñó de blanco. Así que la lechera se quedó sin nada: sin vestido, sin pollitos, sin huevos, sin mantequilla, sin nata y, sobre todo, sin leche: sin la blanca leche que le había incitado a soñar."

Fábulas de Esopo. Vicens Vives.

Moraleja: No esperes a tener para actuar. Muchas veces me encuentro con emprendedores que cometen el error de imaginar todo lo que podrían hacer… una vez que tenga la plataforma terminada, una vez que tenga dinero, una vez que me posicione en el mercado, cuando consiga financiación, cuando le gane a la competencia... y así un largo etcétera…

Planificar, imaginar y tener una estrategia a futuro es importante y necesario para cualquier emprendedor pero no hay que caer en la trampa y esperar a que tengas lo que soñaste para actuar. Un verdadero emprendedor sueña, pero tiene los pies en la tierra, y sabe que para lograr lo que siempre ha querido tiene que actuar… ahora.

Fracasar es inevitable pero podemos corregir a tiempo nuestros errores, analizar las causas que nos ha llevado a ello y convertirlo en una ventaja que te pueda evitar futuros problemas.

En España se castiga mucho el error y se estigmatiza al que ha fracasado, fracaso escolar, fracaso matrimonial, fracaso, fracaso y más fracaso y nos olvidamos que equivocarse forma parte del aprendizaje: sólo basta observar durante unas horas a un niño, puede pasarse toda una tarde intentando atarse los cordones de la zapatilla o simplemente intentando meter la llave en una cerradura, lo intenta una y mil veces si hace falta hasta que lo consigue.

¿Y que contentos nos ponemos los padres cuando les decimos a otros que nuestro hijo/a sabe atarse los cordones él solito?, pero no contamos que lleva cinco días practicando que al principio se los ataba mal y se ha caído como unas 10 veces y que nos ha preguntado hasta la saciedad que le expliquemos como era eso del conejito que pasa por su cueva….

Aprender de los errores si señor! Debería haber una asignatura obligatoria para cualquier emprendedor que hablara de las “meteduras de pata” más sonadas o más comunes que suelen cometer, estudiarlas , analizarlas y encontrar la mejor vía para no volver a cometerlas.

Algunos de los fallos más comunes que me he encontrado en estos años en el CEEI y de los que seguro podemos sacar la moraleja son:

1. Emprendo, no emprendo, emprendo no emprendo: Cuantas personas han pasado por nuestros despachos que han estudiado el mercado, tienen experiencia, han trabajado en ese sector, han comentado con gente de su entorno la idea, tiene aceptación pero por alguna extraña razón llamada “miedo al fracaso” nunca han encontrado el momento de lanzarse y ¿qué ocurre? que después ven con cierta tristeza y melancolía que otros lo han hecho realidad y sólo les queda decir “eso era lo que quería hacer yo”. Si tienes que fracasar hazlo, pero hazlo rápido y barato.

2. Que listo soy. “¿qué tengo que hacer una reflexión de mi negocio?- Eso lo hago yo hombre,- ¿estudiar al mercado? -A mí me lo vas a contar que llevo en esto dos años…” ¿Y qué pasa con los problemas cotidianos del día a día que necesitan de una buena planificación, de un buen sistema de seguimiento y control, de pararse a analizar y tomar decisiones, de saber negociar, de motivar a tu equipo? Y voy a parar porque no quiero asustar a nadie… Menos promoción emprendedora y más capacitación emprendedora.

3. Ese gran baúl de conocimiento: la cabeza. “Lo tengo todo en la cabeza”. Frase frecuente de muchos emprendedores cuando se les pregunta si tienen diseñado un plan de negocio. No haber analizado las variables que afectan a tu negocio te puede llevar a tomar decisiones improvisadas sobre la marcha llevándonos a fallos en términos de estimación de ventas, tesorería… Apunta antes de disparar.

4. Equipo. Uy uy uy uy, este error te puede costar muy caro: caro en cuanto a coste de contratación y coste de despido, pero el verdadero problema al equivocarse o realizar una mala selección de colaboradores es que si continúas con un equipo de personas no involucradas, la capacidad de productividad, innovación y desarrollo se va al traste.

¿Que suele ocurrir también? Que tenemos miedo de rodearnos de gente buena, gente profesional y muy preparada y ¿Por qué?, porque se tiene miedo de que mi gente, mi equipo sea mejor que yo, el emprendedor, el dueño…

Además normalmente los emprendedores tienden a iniciar su negocio con otros socios. Parece que el estar acompañado en esta aventura da menos miedo que hacerlo solo, pero al igual que si fuéramos a contratar a alguien buscaríamos a los mejores, a las personas que mejor encajaran con nuestra actividad, con nuestros valores con nuestra cultura, cuando busquemos un socio establezcamos las mismas responsabilidades y competencias que a un trabajador.

5. No podía faltar el tema financiero: Capital y tesorería. Uno de los temas que más preocupa a los emprendedores. Por lo menos el 50% del capital mínimo para empezar debe ser del emprendedor y por supuesto no gastarlo todo al inicio si aún no hemos sido capaces de generar caja. Una empresa no es sólo el producto que vendes. Está formada por muchas secciones y departamentos y un error muy común entre los emprendedores es centrarse sólo en el servicio que se quiere dar y no tener una visión empresarial del negocio. Todo en la empresa está relacionado y hay que tener en cuenta temas económicos y financieros.

Que vaya por delante que yo, la que escribe este artículo, estoy en el primero de los errores y que admiro, envidio y espero ser algún día alguno de esos emprendedores que se sientan delante de mí y me cuentan su idea. Este post no es una crítica, está escrito con la intención de aprender de esos valientes.

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