¿Quieres saber cómo surgieron las estrategias de precios low cost?
Centro Europeo de Empresas e Innovación (CEEI Alcoy-Valencia)
Publicado el lunes, 18 de abril de 2016 a las 08:00
Los modelos low cost se iniciaron con las cadenas de supermercados que entonces se acuñaron con el nombre de tiendas de descuento duro (Lidl, Dia) a la que siguieron otros sectores como las compañías aéreas (Ryannair, EasyJet y Vueling, entre otras).
El efecto que provoca un modelo de bajo precio sostenido en el tiempo lo podemos ver precisamente en estas últimas, que han obligado a gigantes de la aviación a redefinir sus estructuras para competir con ellos. Es cierto que se trata de un negocio en el que difícilmente puede entrar un emprendedor sin muchos recursos, pero resulta interesante analizarlo porque sentaron las bases de lo que debe ser cualquier negocio de este tipo.
Hasta la entrada de las marcas low cost, todas las aeronáuticas se centraban en ofrecer una oferta que consideraban clave para competir en el mercado: comida y desayunos gratuitos, calidad del servicio, reserva de asiento, derecho a cambios de billete con reintegro del importe total o con una pequeña penalización… Las aerolíneas de bajo coste se saltaron todas esas supuestas exigencias del consumidor y acabaron de un plumazo con todas las creencias aceptadas hasta el momento. Y eso en un mercado como la aviación donde la seguridad y la confianza en la marca de toda la vida parecía echar por tierra la entrada de cualquier competidor nuevo. Bajo precio parecía un concepto opuesto a calidad y seguridad. No lo eran.
Estos nuevos actores del mercado de la aviación se hicieron una pregunta que uno mismo puede plantearse en su sector, si es que todavía no se ha aplicado a él: ¿qué es lo que el consumidor de nuestro producto o servicio considera indispensable y a qué otras cosas puede renunciar a cambio de precios más bajos?
Siguiendo con el ejemplo de la aviación, resulta evidente, y ahora que ya somos consumidores expertos de estos vuelos mucho más, que el cliente no valoraba tanto los servicios que encarecían el vuelo: se conforma con que le lleven de un sitio a otro, aunque tenga que pagar la comida o llevarse un bocadillo, aunque tenga que hacer cola para conseguir un buen asiento, aunque el vuelo sea incluso ruidoso, y hasta si le obligan a meter todo su equipaje en una pequeñísima maleta. Todo por un precio que está a años luz de los que marcan las otras compañías: un 30% o un 40% por debajo del mercado.
Tras la revolución de la aviación siguió la banca por Internet, sin comisiones, las agencias de viajes online, con precios más competitivos y estructuras más simples, los muebles low cost y de diseño de Ikea, la ropa de moda a precios populares… El modelo encajaba en muchos otros sectores. Algo que en principio parecía imposible.
Consulta el siguiente manual si quieres aplicar estrategias de low cost en tu proyecto:
18/04/2016 08:00 | jtormo
Centro Europeo de Empresas e Innovación (CEEI Alcoy-Valencia)